En medio de uno de los capítulos más oscuros de la historia reciente, la música vuelve a ser refugio, altavoz y arma pacífica. Lo que hace apenas un año parecía un murmullo aislado, hoy crece como un coro global: desde íconos pop hasta colectivos barriales, artistas de todos los tamaños exigen que se detenga la matanza en Gaza y se ponga fin a las políticas de ocupación del gobierno de Benjamin Netanyahu. Lo hacen no desde la comodidad de un hashtag, sino con canciones, conciertos benéficos, murales y cartas abiertas que ya recorren el planeta.
Conglomerado mainstream
No son gestos simbólicos: son llamados públicos con nombres y apellidos. Madonna calificó el sufrimiento de la niñez en Gaza como “genocidio” y pidió al Papa que “traiga su luz a los niños antes de que sea demasiado tarde”.
Dua Lipa, en pleno Glastonbury, exigió un alto al fuego y recaudó fondos para organizaciones que trabajan con menores desplazados.

La leyenda Annie Lennox aprovechó el escenario de los Grammys para levantar el puño y gritar “Artists for Ceasefire” frente a millones.
Y en la misma sintonía, decenas de figuras nucleadas en Artists4Ceasefire como Drake , Jennifer Lopez , Bella y Gigi Hadid , Michael Stipe , Cate Blanchett , Zayn Malik , Frank Ocean , Rachel McAdams , Oscar Isaac , Bradley Cooper , David Oyelowo , Ben Affleck , John Cusack , Kristen Stewart , Channing Tatum , Quinta Brunson , Sandra Oh , Jon Stewart y Joaquin Phoenix , firmaron una carta a la Casa Blanca reclamando el cese inmediato de los bombardeos.
Desde Londres, Brian Eno y Massive Attack impulsaron una red para proteger a artistas pro-Palestina frente a intentos de censura.
Damon Albarn (Blur, Gorillaz) lidera Together for Palestine, un mega concierto en Wembley que reunirá a nombres como Jamie xx, James Blake y Bastille, con recaudación íntegra para la ONG Choose Love.

Y en los escenarios de festivales, el dúo Bob Vylan ondea la bandera palestina y denuncia el “genocidio” frente a miles, sin importar el costo político.
Arte activista y colectivo cultural
La resistencia creativa no se limita a las estrellas. El movimiento Artists Against Apartheid, que ya agrupa a más de 8.000 artistas, impulsa intervenciones urbanas, desde murales en Dublín y Washington hasta carteles que tapizan Barcelona.
Macklemore convirtió su rap Hind’s Hall en un manifiesto contra el apartheid y la complicidad política internacional.
La fotógrafa Nan Goldin, en Berlín, recordó que el “nunca más” debe aplicarse a todas las víctimas, sin excepciones.
En este contexto de resistencia y compromiso cultural, festivales independientes como el que Piñata Radio & Kbira presentaron bajo la consigna 24HS LIVE FOR PALESTINE se convierten en espacios clave para amplificar voces que desafían las narrativas oficiales. Este evento, que reunió a bandas emergentes y artistas con conciencia social, no solo ofreció música fresca y auténtica, sino que también se posiciona como plataforma para la reflexión y la solidaridad internacional.

Al incorporar a su grilla músicos que manifiestan apoyo activo a la causa palestina y promueven mensajes de paz y justicia, el festival refleja la vitalidad de un arte que no esquiva la realidad.
Incluso desde Israel, convocados por la Asamblea de Intelectuales y Artistas Socialistas,
más de 1.000 creativos —cantantes, coreógrafos, escritores— firmaron una carta pidiendo desobedecer órdenes que puedan derivar en crímenes de guerra.
La historia demuestra que la música y el arte no detienen por sí solos las guerras, pero sí pueden cambiar la forma en que el mundo las ve.
Hoy, esa mirada está virando gracias a miles de voces que, desde estadios o murales de barrio, repiten el mismo mensaje: la vida humana no tiene fronteras, y el silencio nunca es neutral.
Hoy, esa mirada está virando gracias a miles de voces que, desde estadios o murales de barrio, repiten el mismo mensaje: la vida humana no tiene fronteras, y el silencio nunca es neutral.